El ojo humano | Innova ocular - Clínica Dr. Soler
Las partes del ojo
La córnea
Las imágenes entran en el ojo atravesando una ventana exterior transparente que conocemos como córnea y que en el ojo humano se comporta como una lente de unas 43 dioptrías.
Las paredes del ojo, es decir, la “carcasa o chasis” de la cámara fotográfica, están compuestas por un tejido fibroso blanco que llamamos esclerótica. Éste a su vez se protege del exterior por una fina capa transparente denominada conjuntiva.
La pupila
La pupila es la parte negra y redondeada que vemos en los ojos y es como su ventana interior. Se comporta como un mecanismo de diafragma, regulando la intensidad de la luz entrante: con mucha luz se hace pequeña y con poca luz se agranda. La pupila es el orificio natural del iris, que es la capa interna que da el color a los ojos.
El cristalino
Tras la pupila la imagen atraviesa una lente que conocemos como cristalino y que sería como la lente de la cámara fotográfica. Tiene una potencia de unas 22 dioptrías pero su consistencia elástica le permite de manera automática variar su poder permitiendo no sólo ver de lejos, sino enfocar objetos próximos como hacemos en la lectura.
La retina y el nervio óptico
Las imágenes, tras atravesar una estructura gelatinosa transparente denominada humor vítreo, llegan finalmente al fondo del ojo, donde son captadas por la retina. La retina se comporta como el carrete fotográfico que colocamos en la parte trasera de las cámaras, de forma que recibe y procesa las imágenes. Éstas serán luego transmitidas al cerebro a través del nervio óptico.
La nutrición del ojo
El sistema ocular se alimenta de nutrientes que llegan por arterias y venas que se sitúan en una capa entre la retina y la esclerótica que conocemos como coroides o úvea. También encontramos vasos directamente sobre la retina y que podemos observar y estudiar cuando hacemos una exploración del fondo del ojo.
¿Cómo funciona el ojo?
La función del ojo es percibir y captar las imágenes del exterior, de manera que una vez recibidas puedan ser enviadas al cerebro. Para realizar esta función, el ojo dispone de un sistema óptico que va enfocando la imagen, la cual se recibe en una capa sensible que es la que finalmente procesa y emite dicha imagen.
Se comprende muy bien el funcionamiento del ojo cuando lo comparamos con una cámara fotográfica.
Hacer correctamente una foto implica que el objeto a fotografiar sea encuadrado y enfocado adecuadamente y que las lentes se encuentren limpias para que la imagen se enfoque en su parte posterior, bien en la película o en el sensor digital.
Igualmente el proceso de ver pasa por que fijemos la vista, enfoquemos un objeto y que su imagen atraviese todas las estructuras y lentes transparentes del ojo, formando la imagen en el fondo del ojo, en la retina.
Cuando la forma o tamaño del ojo no son adecuados se producen los defectos de graduación. Así, de manera simplificada podemos decir que si el tamaño es grande, hablaremos de miopía, mientras que si es pequeño será hipermetropía. Cuando el ojo no es redondeado hablaremos de astigmatismo, y de presbicia cuando éste no enfoque bien.